lunes, 11 de noviembre de 2013

III Concurso de Microrrelatos de la Biblioteca Pública Municipal de Torre Pacheco


La Biblioteca convoca el III Concurso de Microrrelatos con el objeto de  incentivar la creatividad y la imaginación, favorecer la escritura, fomentar la lectura, descubrir el talento literario. El desafío de escribir un microrrelato te obliga a decir más con menos.
Bases
1.    Podrá presentar su microrrelato cualquier persona mayor de edad, independientemente de su nacionalidad y/o país de residencia. Cada participante podrá concursar con un único microrrelato
2.    Los microrrelatos, escritos en lengua castellana, no sobrepasaran las  150 palabras  más el título. Deberán ser originales e inéditos, y no haber sido premiados en ningún otro certamen o concurso anterior.
3.    Para participar, se enviará el texto por correo electrónico a la siguiente dirección: concursomicrorrelatos@torrepacheco.es, con dos archivos adjuntos; en uno, el microrrelato y en otro, los datos personales: Título del  microrrelato, seudónimo, nombre y apellidos del autor, fecha de nacimiento, dirección y número de teléfono. Estos datos no serán utilizados por terceros y serán destruidos por la biblioteca una vez se acabe el concurso.
4.    La fecha límite para entregar los microrrelatos será el 31 de diciembre  de 2013.
5.    El jurado calificador será designado por los organizadores.
6.    El jurado escogerá un ganador. Se premiará la expresividad, creatividad, originalidad y el sentido del microrrelato.
7.    El ganador  se anunciará a través de las redes sociales de la  biblioteca. El autor cede los derechos de publicación y difusión del microrrelato, en todos los soportes.
8.    Se establece un premio ÚNICO por valor de 150 euros, que se entregará durante el mes de abril, dentro de la Campaña de celebración de actividades del Día del Libro 2014. La fecha exacta se comunicará con antelación al autor.
9.    La participación en el Concurso implica la aceptación de las bases, cuya interpretación es responsabilidad de la organización del Concurso.

miércoles, 10 de abril de 2013

Fallados los Premios del XX Concurso de Narraciones Cortas Villa de Torre-Pacheco y del II Concurso de Microrrelatos

Se han fallado los premios del XX Concurso de Narraciones Cortas Villa de Torre-Pacheco al que se han presentado 586 obras. Las obras premiadas han sido:

- Primer premio: 
Para la obra titulada: "UN HOMBRE FELIZ", de Adolfo Burriel Borque

- Accésit:
 Para la obra titulada: "PLATO DE SOPA SIN RETORNO”, de Alejandro Morellón Mariano


También se ha fallado el II Concurso de Microrrelatos de la Biblioteca Pública Municipal de Torre-Pacheco, resultando ganador el microrrelato "UN FILÓSOFO ENTRE EL ESCOMBRO", de David Quesada Martínez.

Los premios se entregarán el domingo, 21 de abril, a las 11’30 h. en el Salón de Actos de la Biblioteca Pública Municipal de Torre-Pacheco, ocasión que aprovecharemos para rendir homenaje al Día del Libro y del Derecho de Autor. Tras la entrega de premios tendrá lugar una charla recital del poeta Eloy Sánchez Rosillo, que nos presentará su nueva obra “Antes del nombre”.

viernes, 5 de abril de 2013

Club de Lectura

Club de Lectura "El Próximo Día"


Contaremos con la presencia de Mati Morata, escritora, que nos visita en nuestro Club.

Comentaremos su obra: "Cuentos con Corazón"

Lugar: Biblioteca Pública Municipal de Torre Pacheco

Hora: 17:30 h.

jueves, 4 de abril de 2013

II Concurso de Microrrelatos de la Biblioteca Pública de Torre Pacheco

Estimados participantes del II Concurso de Microrrelatos de la Biblioteca Pública de Torre Pacheco:

Hemos comprobado que existe un fallo en el sistema de recuento de votos en la encuesta de Blogger. Este error es generalizado y se ha dado en diversos blogs; queda fuera de nuestro alcance corregir dicho error, circunstancia que la organización del concurso lamenta sinceramente.

La base sexta de la convocatoria del concurso dice textualmente: 

6. En esta edición podrá participar cualquier persona en la votación para elegir entre los finalistas el mejor microrrelato. A través de un formulario en el blog de la biblioteca aparecerán los microrrelatos finalistas donde podrás elegir tu favorito. El microrrelato con más votos contará con un punto extra en la votación final que realizará el jurado. 

Debido a la mencionada incidencia, la organización del Concurso ha decidido dejar sin efecto la votación on line que se explicita en esta base.

jueves, 21 de marzo de 2013

22 de 22 No puedo pedirte que te quedes

22. No puedo pedirte que te quedes

Me muero porque sólo quiero estar contigo a todas horas. Mi vida continúa como siempre, en una dimensión que parece real, aunque comienzo a confundir la realidad y el deseo. Soy consciente de que estoy perdiendo el Norte y no lo entiendo. Me muero por llamarte por teléfono y decirte que te quiero. Pero sabes que no puedo, que no puedo pedirte que te quedes, y por eso me abandonas, y por eso te comprendo, y por eso aunque me duela y aunque entierre lo que siento, te miro mientras te alejas y lloro solo, en silencio.

21 de 22 Punto de fuga

21. Punto de fuga

Era un amante de la pintura y un asiduo visitante de la Pinacoteca. Pasaba horas y horas ensimismado ante los óleos.

Hay que ver cómo te metes en los cuadros, se decía cuando volvía en sí y recordaba hallarse en el museo.

Un jueves, de pronto, le pareció reconocerse entre las figuras del fondo en un Tintoretto de la Sala Veneciana. Duró apenas un segundo. Enseguida sacudió la cabeza y lo atribuyó a un espejismo del cristal protector.

Y el viernes, en la misma sala, se vio venir, de frente; se vio entrar en la sala junto a un grupo de japoneses, llegar, adelantar la cabeza, acercar la cara y fijar la mirada, como quien escudriña desde el exterior de una ventana.

20 de 22 Plena hora punta


20. Plena hora punta

Llegó al andén. A toda prisa. Se encontraba tan imbuido en sus propios pensamientos que jamás se permitía observar qué ocurría a su alrededor cuando viajaba en metro.

Aquel día, no sabía bien por qué, se percató de un personaje ajeno a su cotidianeidad. Un hombre mayor que arrastraba un carro y que desprendía un olor tan invasivo que desplazaba a los demás de su lado. Sin saber por qué, lo ayudó a subir su enorme carga, pesada y sucia. Una charla rica en matices y experiencias vividas los acompañaba. Se encontraron cómodos, dejando que las palabras fuesen las protagonistas.

El vagón en silencio. Plena hora punta.

Desde entonces, cada mañana, se sientan juntos en el vagón. Incluso les ceden el asiento y se alejan de ellos.

Todo el mundo les hace un hueco. A veces se pregunta desde su inocencia, por qué será.

19 de 22 No sé si será feliz

19. No sé si será feliz

Había cumplido su sueño, no sé si era feliz, pero sabía que el mundo terminaba en la otra casa, todos los recovecos de la siesta me daban su cobijo y sus fantasmas.

Mi padre era tan sabio como un libro, mi madre era el auxilio de mis manos, mi almohada era mi amante y mi enemigo, en las confusas noches del verano.

No sé si era feliz, pero bastaba un pedazo de azul en la mañana, una promesa a cambio de una nota o fugarse a través de la ventana.

No sé si era feliz, pero qué lejos... No sé si era feliz, pero qué lástima.

18 de 22 ¿Quién soy?


18. ¿Quién soy?

Los sueños nos cambian. No me refiero a: “Cuando desperté era otro”, sino a los ojos, la boca... A mí me han cambiado. Quizá por alguno de ustedes.

¡No se vayan! No es un experimento de narrativa moderna. Mi única salida era irrumpir en este papel y suplicarles una explicación.

Cuando entré en mi sueño la úlcera machacaba furiosa, me dolía la cabeza, los ojos lloriqueaban y la depresión me hundía en el más negro pozo. En fin: era yo.

Pero ahora... No me duele nada. Deseo correr, saltar y hasta volar. ¡Y no estoy asustado! ¿Dónde fueron mis dolores familiares y mis viejos miedos? ¿Dónde fui yo?

Ayer me atreví a soñar. Y me perdí. Podría haber perdido un guante o un bolígrafo, pero me perdí a mí mismo.

¿A alguno de ustedes le ha ocurrido algo semejante?

¿Alguno de ustedes soy yo?

17 de 22 El semáforo

17. El semáforo

No es fácil encontrar un semáforo que dure lo suficiente como para mostrar unas habilidades y pasar la gorra a los conductores allí parados.

Por aquel cruce pasaron muchos desfavorecidos, casi todos vigilados por un capataz. Los tullidos dejaron sitio a los limpiacristales y estos a los revendedores de pañuelitos, a los malabaristas, acróbatas y a los titiriteros.

Jamás vi un ilusionista aprovechar el sitio y el tiempo de un semáforo. Aquel desvaneció un nudo en una cuerda, que volvió a aparecer, enlazando un pañuelo rojo que transformó en amarillo y luego en verde.

El conductor dejo una moneda que resbaló al suelo desde la mano del mago. Al agacharse, otro coche, lentamente, le paso por encima dejando tras sí un revuelo de blancas palomas.

Nadie lo vio. Yo, desde mi puesto de castañas, fui el único espectador. Aplaudí a rabiar.

Nunca supe el truco; nunca adiviné cómo lo hizo.

16 de 22 En apuros

16. En apuros


__ Mátalo esposo mío, mátalo.

__ No sé amor, entro y le encuentro en el cuarto tuyo.

__ Mátalo, mátalo, mira cómo me observa, parece burlarse de mi.

Estaba segura que el tiro despertaría a los vecinos, quienes empezarían a fabricar acuciosos comentarios que en nada le favorecían, por eso cuando tomó el arma, se apresuró a intervenir…

__ No, no, con el revólver no.

__ ¿Qué pasa contigo? Hace un instante querías que lo matara y ahora interfieres.

__ Esposo mío, es que para matar a ese pobre ratoncillo, con la escoba basta.

15 de 22 Otoño de espejos

15. Otoño de espejos

Están tan viejos que sus pieles no sienten absolutamente nada al rozarse. La mira a los ojos para asegurarse que ella está dentro. De su mirada se desprenden lágrimas de puro almíbar cuando levanta la cara y busca sin mucho sentido una pregunta y una respuesta. Se miran y sus temblores cesan. Los años han seleccionado en los avatares de la vida la pura soledad que les queda. Esta vida es cruel, le susurra en la acartonada oreja al tiempo que la besa con el cariño de los años. Los médicos avisan que la dejará sola muy pronto. Sin él, los días de ella serán de espejos en todas las paredes y vidrios por el suelo. Lo decide definitivamente mientras se traga mirándola un pequeño suspiro. Se irán juntos. Se lo debe. Otro beso y le aguanta la mirada. Mañana los periódicos dirán que se volvió loco.



14 de 22 De pronto ...


14. De pronto ...
De pronto una luz iluminó y partió la noche en dos. Un naranja intenso comenzó a llenar la oscuridad que se dejaba intuir tras el enorme ventanal. Pero allí nos quedamos, enredados, sin inmutarnos. Aquel espectáculo no era sino el culmen de la más absoluta felicidad.

13 de 22 Apasionado idilio

13. Apasionado idilio

El Comandante de la Guardia Suiza nunca llegó a cruzar el umbral de Palacio. Un minuto antes se vio deslumbrado por Milagros Rodríguez de los Faisanes, Grande de España y bellezón de primera magnitud.

En ese instante el Comandante, sin dirigir una palabra a tan excelsa mujer, solicitó su baja en el servicio entregando el sable de reglamento a su superior, que se hallaba presente y, muy educadamente, se dirigió a la dama quien palpitaba de emoción, desapareciendo con ella hacia su ático de Rosales con vistas a la Casa de Campo. La presentación de Cartas Credenciales ante el Rey de España por el Embajador de la Confederación Helvética siguió su curso mientras el Comandante de la Guardia Suiza comenzaba un apasionado idilio con Milagros.

A veces pasean al atardecer por el Parque del Oeste. Nadie sabe más de tan repentino

amor. Más de un año ha transcurrido desde entonces.

12 de 22 Pistas

12. Pistas

El hombre seguía dándole vueltas al caso. Había una pieza en el escenario del crimen que no acababa de encajar. A pesar de que las pistas desde el primer momento habían sido claras, algo en aquel galimatías no concordaba y su mente sagaz, acostumbrada por la experiencia de años, le decía que tenía que encontrar un elemento que no había tenido en cuenta.

Volvió a repasar mentalmente todas las pistas e intentó recordar una frase inconexa que andaba rondándole por la cabeza, algo de lo que había oído durante la investigación que le sirviera para montar aquel puzle.

De repente lo vio claro. Suspiró, se sirvió un nuevo trago de brandy y miró a su familia seguro de que no había otro lugar en el mundo donde quisiera estar.

-Ha sido la señorita Amapola en la biblioteca -dijo con voz de ceremonia.

Había vuelto a ganarles el juego.

11 de 22 Boleto de libertad

11. Boleto de libertad

En la peluquería de Rosita hay mucho movimiento, se trata del 31 de diciembre en Cuba, sinónimo de fiestas, las señoras buscan arreglo; mientras en la acera ven bajarse de un auto a una jovencita y despedirse de un extranjero, 30 años mayor, por lo que una de las señoras hace un comentario.

-i Estas niñas de hoy! Salen con cualquier hombre para escapar de Cuba y no saben el peligro que corren; resulta que por esta zona, una muchacha se caso con un príncipe africano y se fue con él, pero para su sorpresa, al llegar allá, no había tal palacio, le rasgaron sus ropas, le tatuaron el rostro y la pusieron a vivir como una concubina mas, entonces comenzó la odisea para escapar de África y volver a Cuba. Una muchacha espera turno y Rosita curiosa le pregunta -iOye! ¿Qué te paso en la cara?...un accidente en África-le responde.

10 de 22 Como cada día

10. Como cada día

Corrió una hora seguida por el parque; hacía calor; faltaban pocas cuadras para llegar a casa; antes de entrar se quitó las zapatillas y no ensuciar el piso de cerámica blanca: pasó por el baño, tomó la toalla para secarse la transpiración y se dirigió al cuarto:

Allí estaba él, recostado sobre la cama; ella, cansada se tiró a su lado y comenzó a acariciarlo desde la cabeza, pasando por su espalda, hasta llegar a ese lugar que él tanto disfrutaba, besándolo con irrefrenable pasión; dando media vuelta, subió pesadamente sobre el cuerpo delgado de Clara. Entre juegos, caídas y carcajadas, las sábanas quedaron sobre la alfombra espesa y amarilla...donde siguieron amándose.

Exhausta, tomó una ducha rápida, que la renovó totalmente.

En la puerta él estaba esperándola.

Ese día Ciclón, su pastor inglés cumplía 3 años.

9 de 22 Escape

9. Escape

Era el último escalón, había llegado al final. Miré hacia abajo, solo un tramo de la escalera y más allá, en lo profundo, oscuridad. Esperé unos segundos, aguzando el oído. Era el sonido que deseaba, era él.

Su figura emergió de a poco, como si tratara de desprenderse de manos que querían arrastrarlo a las sombras. Continuó acercándose a mí, sin vacilar, con la certeza de que ese era el único camino.

Ya estábamos juntos.

Escuchamos las voces, aproximándose. Sabíamos que no tendríamos una segunda oportunidad, estaban ahora muy cerca. Salimos por la ventana, tratando de no lastimarnos con los trozos de vidrios rotos, y nos apoyamos en la cornisa.

Teníamos miedo, sentíamos el peligro en cada latido. La noche era una enemiga más. Pero cuando la red se extendió hacia nosotros, tuvimos que abrir las alas y echarnos a volar.

8 de 22 La mañana del robo

8. La mañana del robo

Estaba dispuesta a pintar, llevaba tanto tiempo pensándolo pero todavía no lo había llevado a cabo hasta aquella mañana cálida de un invierno gélido. Tal vez fue la tregua del frío la que desbloqueó mis intenciones y mi sed de creatividad.

Por fin, entre pinceladas, paletazos y bocanadas de aguarrás, iba a plasmar lo que sentía. Estaba pletórica, llena de ilusión. Desprecinté la caja y saqué los colores del estuche, tenía doce tipos diferentes, eran tan vivos. Mientras los sacaba, fantaseaba con mezclarlos y obtener nuevos tonos, esperaba tener bastante cantidad. Incluso me planteaba si dos lienzos eran suficientes.

Lo tenía todo preparado. El caballete ya estaba montado, el lienzo colocado, los colores sobre la paleta, la luz perfecta, era el momento de empezar.

De repente, sonó el teléfono.

- (…)

- Sí. Allí estaré. Gracias

Después de tanto tiempo desempleada al fin tenía trabajo. La paleta cayó al suelo.

7 de 22 La casa de Creta

7. La Casa de Creta

Abrí una puerta. Entré con vela en mano a una habitación oscura. Un sillón y sonorosos ronquidos sombreaban la escena. Me acerque y con mi vela iluminé la cara amorfa del gran roncador: ¡era yo! Empuñé el cuchillo e hice lo que tenía que hacer.

Desperté sudado. Trémulo fui al baño y me miré al espejo: yo, Teseo, era un Minotauro. Sonreí y tranquilo regresé a la cama.



6 de 22 Un filósofo entre el escombro

6. Un filósofo entre el escombro

¿Quién me mandaría a mí ser forense del juzgado?, pienso mientras esquivo bolsas repletas de basura, comida desperdigada, ropa, latas y periódicos antiguos junto a otros objetos por determinar bajo un hedor insoportable. El viejo dice que lo único que le diferencia a él de mí es que yo no estoy preparado para el fin del mundo. Síndrome de Diógenes ¿Suficiente para incapacitarlo? No sé. ¿Está afectada su capacidad de raciocinio? Además tiene un montón de gatos que huyen despavoridos cuanto más me adentro en la vivienda. Demonios, ¡¿Cómo se puede tener tantos gatos?! Seguramente se sienta solo y los animales le hacen compañía. Apuntaré Síndrome de Noé ¿Suficiente para la incapacidad?

- Caballero ¿Por qué tiene usted tantos gatos? –pregunto sin maldad.

- ¿Por qué cree? Mejor tener gatos que ratas ¿No le parece?

La respuesta es brillante. ¿Quién me mandaría a mí ser forense del juzgado?

5 de 22 Los vértices del alma


5. Los vértices del alma

Está bien; lo confesaré todo. Fui yo. Fui yo. Fui yo, maldita sea, el que disparó a Kennedy. Yo apuñalé a Cesar. Traicioné a Viriato. Descerebré a Lincoln. Vendí al Mesías por treinta monedas de plata. Simpaticé con los insurrectos. Escribí anatemas. Fui el bufón que hizo mofa y escarnio del rey. Me declaro culpable. No negaré nada. Y de mil amores estaría dispuesto a cantar la palinodia si tuviera usted a bien sacarme su pistola de la boca.



4 de 22 Pareja

3 de 22 No hay trato

3. No hay trato

Nazco. Lloro, pecho, duermo. Colores, gateo, palabras, dientes. Ratoncito Pérez. Juego, juego, juego. Barriga de mamá. Hermanito. ¿Y yo, qué? Es lindo. Lo quiero. El cole, el recreo, amigos. ¡Manzana! ¡Gusano! Asco. Vómito. Ballet. Acampadas. ¡Orugas! ¡Urticaria! Estudio, estudio, estudio. Primer novio. Primer beso. Primera ruptura. Estudio, estudio. Segundo novio. Este mejor. Primera vez. Universidad. Estudio, fiesta, estudio, beca, fiesta, prácticas. Trabajo. Matrimonio. Comida de aniversario, boletus a la trufa. ¡Gusano! ¡Asco! Embarazada. Me despiden. Juzgado. Doy a luz. Mariana. Gano el juicio. Monto un negocio. Trabajo, crío, trabajo, soy feliz, sufro, veo morir, divorcio. Jesús. Mi compañero. Envejezco, arrugas, jubilación, jardinería. Malditas plagas. Enfermo. En sus brazos. Muero.

Me incineran.

Que os jodan, gusanos.

2 de 22 Zeitgeist

2. Zeitgeist

Para combatir, en la medida de lo posible, los efectos del alzhéimer, sus bolsillos estaban siempre llenos de notas que él mismo había redactado en períodos de lucidez y que le servían para recordar ineludibles tareas relacionadas con la alimentación, la medicación, etcétera. En la nota que estaba leyendo había escrito, con letra crispada: “Antes de cenar, tomar cuatro pastillas rojas del bote blanco que has guardado en la gaveta de la mesa del despacho”.

Se dirigió allí, buscó las pastillas y, cuando las hubo encontrado, se las tomó. Quince minutos más tarde agonizaba en medio de la habitación, retorciéndose de dolor. Y recordaba entre sollozos que, el día que escribió la nota, pensaba que aquella no era forma de vivir…

1 de 22 El reencuentro

1. El reencuentro

Un balón perdido se aproximaba, botando, hacia la zona donde entrenaba su hijo. Detrás del balón se acercaba, corriendo, una niña de minibasket. Le llamó bastante la atención. Tenía el pelo acaracolado, formando bucles imposibles, y unos ojos verdes que radiografiaban. ¿Dónde había visto antes esa cara?

Cuando terminó el entrenamiento, la vio de cerca. Ahora, incluso, le era más familiar su rostro. Una señora, de espaldas a él, estaba secando el sudor de la cabeza de la niña. La pequeña notó que él la miraba y frunció el ceño; ¿sería uno de esos pervertidos que espían a las niñas? Le dijo algo a la madre, señalándolo con cara de pocos amigos.

Decidió acercarse, para disculparse. La niña le recordaba a alguien, pero no podía precisarlo con exactitud. La madre se giró y él se topó, cara a cara, con su primera novia. Y su corazón reventó y se quebró.

II Concurso de Microrrelatos (abierto el proceso de votación online)

Os informamos que a traves de nuestro blog vamos a publicar los microrelatos finalistas seleccionados por los miembros del jurado.  A traves de la encuesta de este blog podéis votar por vuestro microrelato favorito.

Aclaramos que el voto online corresponderá a un voto más en la votación final del jurado. El fallo del jurado será publicado en este blog.

La entrega de premios tendrá lugar el domingo, 21 de abril a las 11:30 de la mañana en la Biblioteca Pública Municipal, dentro de la campaña de celebración de Día del Libro 2013.

martes, 19 de febrero de 2013

II Concurso de Microrrelatos de la Biblioteca Pública de Torre Pacheco

Para todos los participantes:

Los microrrelatos presentados a Concurso están siendo valorados por el Jurado. Los finalistas se publicarán en este blog, para que todos aquellos que quieran votar por su favorito. Los premios se entregarán el domingo, 21 de abril, por la mañana, en la Biblioteca Pública de Torre Facheco.

Para más información pueden comunicar con nosotros a través de nuestro correo electrónico:

biblioteca@torrepacheco.es